lunes, 25 de noviembre de 2013

El engaño de la privatización

Quizás sorprenda un poco que trabajadores como nosotros que realizamos un servicio público en una empresa privada critiquemos este sistema cada vez mas utilizado por este gobierno, pero es por esto mismo , por nuestra experiencia que aun se mantiene reciente en el tiempo, por lo que creemos tener el criterio suficiente para opinar sobre esta cuestión.

Cuando una empresa privada se presenta a un concurso por un servicio público, no solo cuenta el proyecto con el que se presenta, sino en muchas ocasiones, uno de los mayores valores que se da a la propuesta es el coste económico que ella conlleva, lo que en ocasiones impide contratar a personal cualificado para el proyecto si es de nueva creación, o en el peor de los casos obliga a reducir brutalmente los salarios de los trabajadores de la empresa adjudicada a bajo coste.

Nosotros sabemos bien de lo que hablamos. Nuestro nuevo proyecto obligó a contratar todo tipo de trabajadores y de cualquier sector menos del transporte de viajeros (excepto contadas ocasiones) que hubiese sido lo lógico, puesto que los salarios que ofrecían de inicio estaban muy por debajo del salario medio de este sector en la provincia de Barcelona, aunque la suerte fue que en este país hay trabajadores muy competentes que hicieron una labor espléndida en el inicio de la explotación del tranvía de Barcelona gracias a su esfuerzo y dedicación.

Empezamos con lo puesto, sin los medios adecuados formativos, con carencias graves en uniformidad, horarios de trabajo insufribles, salarios míseros, etc, pero con unas ganas y una motivación ejemplar por demostrar que nos merecíamos mas, y así pronto conseguimos que el tranvía fuese uno de los medios de transporte de nuestra ciudad mas valorado, para que a partir de hay, los trabajadores y trabajadoras del tranvía de Barcelona comenzáramos a reclamar lo que entendíamos que por derecho nos pertenecía.

Diez años mas tarde queda demostrado que no se pueden poner puertas al campo, al cesar lo que es del cesar y al trabajador se le ha de pagar justamente por su esfuerzo y dedicación. Si quieres buenos profesionales que te garanticen tu transporte día a día, tienes que pagarles adecuadamente, y esto se debe trasladar a todos los ámbitos y sectores de la sociedad, sanidad, educación, limpieza, etc, etc, porque nadie puede pretender hacer creer a la ciudadanía que el mismo servicio se puede dar con muchas menos personas y por mucho menos dinero, manteniendo la misma calidad y cantidad del servicio.

Bajo ningún concepto se debe aceptar que privatizar sea sinónimo de precarizar.




jueves, 21 de noviembre de 2013

Sociedad a medida

En esta ocasión , desde UGT en Trambaix, queremos resaltar el artículo de nuestro Secretario General Josep Maria Álvarez, en el que pone de manifiesto la creación por parte del Partido Popular en el gobierno, de un modelo de estado que favorece claramente a los intereses de unos pocos, que silencia mediante la represión y el miedo al ciudadano y nos conduce sin resistencia alguna a la sumisión y la resignación.

Código penal y clase social

A veces caemos en el error de pensar que la legalidad vigente no es el reflejo de un modelo de sociedad, de sus valores y de sus principios éticos y morales. Nos olvidamos, o nos hacen olvidar, que el conjunto de normas jurídicas que conforman nuestro sistema legal son la consecuencia del conflicto entre intereses complementarios o antagónicos; el resultado de un juego de mayorías sociales, protección de la singularidad y poderes fácticos. En todo caso, conviene no cometer la imprudencia de sacralizar las leyes, en la medida que deben estar sujetas a los cambios que la sociedad en su conjunto demande, a la evolución y las necesidades que deba afrontar un país y a su vigencia en relación con el interés general. Por lo tanto, no conviene desconectar el sistema legal del ejercicio del poder, democrático o no.
Y eso es precisamente lo que está haciendo el gobierno del Partido Popular. Intentar que sus reformas legales tengan una apariencia política, económica y ética aséptica. Cuando, en la realidad, los cambios que está introduciendo en el marco legal tienen una enorme profundidad ideológica y trascendencia social.
Éste es el caso del Proyecto de Ley de Seguridad Ciudadana que ha impulsado el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón. En aras de defender los derechos y las libertades de los ciudadanos, esta reforma implicará de aprobarse un férreo blindaje para los poderosos. Con su propuesta de nuevos tipos delictivos y de incremento de las penas económicas y carcelarias contra los que se manifiesten o graven imágenes de los cuerpos y fuerzas de seguridad, el Partido Popular está haciendo dos cosas. Por un lado, dotar al Estado de elementos legales para afrontar un creciente clima de conflictividad social fruto de sus políticas de desmantelamiento del Estado del Bienestar, merma de derechos sociales y laborales, y privatización de derechos. Y por otro lado, crear las condiciones a través de la legalidad para la configuración de una sociedad resignada, pasiva, que no asuma el riesgo que significa la lucha social por un futuro digno, cuando las puertas del diálogo y el pacto se cierran una detrás de otra.
Pero este proyecto de Ley de Seguridad Ciudadana no es un cabo suelto. Forma parte de toda una estrategia política, económica y legal para desproveer a la ciudadanía de mecanismos de defensa jurídica que la ampare en sus derechos fundamentales. En esa misma dirección apuntaba la creación de tasas judiciales. El verdadero objetivo no es racionalizar el recurso a la justicia, sino disuadir por la vía de la penalización económica del uso de la justicia como servicio público esencial.
Es imposible no ver en todos estos cambios un sesgo de clase. El gobierno del Partido Popular está reformando el Código Penal desde unos supuestos de clase social. O dicho de otra manera, la derecha española está ajustando el Código Penal para ajustarlo a la necesidades de un Estado que, más que previsiblemente, tendrá que afrontar la reacción de una sociedad que se resiste a que le roben lo que es suyo y de una élite extractiva que quiere protegerse de ese conflicto asegurando sus privilegios, su patrimonio y su bienestar. Es esa élite la que pretende convertir, de la mano del Partido Popular, la seguridad pública en su servicio privado de seguridad.

Lo malo es que no se le pueden poner puertas al campo. Cuando una sociedad es capaz de identificar sus objetivos  -y la nuestra ya lo está haciendo- y es capaz de acumular la fuerza colectiva para perseguirlos -y la nuestra empieza a dar síntomas de estar en ello-, acaba consiguiendo que la norma se ajuste al interés general que representa. Tardaremos más o tardaremos menos, pero de nada le va a servir a esta minoría todopoderosa la reforma del Código Penal que el gobierno de Mariano Rajoy les sirve en bandeja.

Josep Maria Álvarez


Se puede decir mas alto pero desde luego no mas claro.
Hay que seguir luchando por nuestro estilo de sociedad, que no es ni mas ni menos que el que todos los trabajadores y trabajadoras queremos, y no aceptar bajo ningún concepto el impuesto por el PP a medida de una clase elitista minoritaria.

jueves, 25 de abril de 2013

El objetivo oculto

El 8 de julio de 2013.
     Este es el día que el gobierno del PP (no de los trabajadores y trabajadoras de este país)  ha tachado en el calendario para marcar un antes y un después en el destino de millones de ciudadanos a través de ese torpedo nuclear llamado "reforma laboral".

     Ese día no es la final de champions, ni la del mundial de formula 1, ni el día del trabajador, sino el día en que aproximadamente 3,5 millones de trabajadores españoles dejaran de tener convenio colectivo gracias a ese regalo de don Mariano Rajoy y sus secuaces, llamado reforma laboral.

     ¿Y porque dejan de tener convenio?  Por el fin de la ultraactividad  ¿Y que es la ultraactividad?  La ultraactividad significa que lo que se pacta en un convenio, mantiene su validez hasta que se pacta otro convenio y esto es lo que el partido que se auto-proclamaba el partido de los trabajadores, se ha cargado.


     ¿Que consigue la patronal que tanto defiende el gobierno del PP con el fin de los convenios colectivos?  En un sistema productivo como el de este país, en el que prevalece la pequeña y mediana empresa, en la que existe una escasa o prácticamente nula representación sindical, abre las puertas de par en par al empresariado para reducir el salario, aumentar jornada o limitar todos aquellos logros sociales que se han ido consiguiendo con el paso de los años y la lucha obrera en este país.

     Las trabajadoras y los trabajadores, los jóvenes, los jubilados, los parados, los estudiantes, todos estamos incluidos en un plan orquestado por la derecha de este país para crear un estado de esclavitud laboral en el que prevalezca la amenaza del paro por encima de unas condiciones laborales dignas, en el que las pensiones son un regalo y no un derecho adquirido tras años de trabajo y cotización,  en el que los derechos sociales son un lastre para el crecimiento y es mejor que desaparezcan, en el que la sanidad es solo para el que se la pueda pagar, en el que la educación para todos es inviable,  y con la mentira de que esta es la única salida, nos quieren hacer creer que este es el camino para conseguirlo.

     Pero no es el único camino. No hagas caso. Únete a la lucha ciudadana y sindical contra quienes solo tienen un objetivo, la destrucción de un modelo de sociedad que hemos conseguido construir con esfuerzo y sacrificio entre todos  los trabajadores y trabajadoras de este país y que nos amenazan no solo con acabar con el futuro laboral de todos nosotros, sino también con el de nuestros hijos, y ante eso no nos podemos quedar de brazos cruzados.

     La conquista de los derechos laborales siempre se han conseguido a través de la unidad y la lucha obrera.

No te separes.
Sigue luchando unido. 




jueves, 31 de enero de 2013

El trabajo bien hecho

Cataluña cierra el año 2012 con un total de 140 convenios colectivo vigentes de ámbito catalán y sectorial que dan cobertura a mas de 1.600.000 personas y que debido al enorme perjuicio que supone para estos la reforma laboral, se encuentran en la siguiente situación:

  • Con acuerdo.............. 50 = 36%
  • Bloqueados................ 76 = 54%
  • Prorrogados............... 14 = 10%
  • Total........................ 140 = 100%

¿Esto que supone?  Que el 54% de los convenios colectivos están bloqueados, que el 10% tienen prorroga durante este 2013 y que solo 3 de cada 10 tienen un acuerdo firmado.

El 76% de los convenios bloqueados (58 convenios) "se encuentran en fase de negociación" y el 24% restante se encuentra en bloqueo total con la imposibilidad de negociar. Pues bien, el 66% de estos convenios bloqueados dejará de tener ultraactividad a partir del mes de julio.

¿A donde vamos a parar?  A la necesidad de que Trambaix y Trambesós deban pertenecer a ese raro y exclusivo grupo de sectores que han conseguido llegar a acuerdo en su convenio colectivo y que les permite mirar con perspectiva el difícil futuro laboral que la corrupta clase política de este país esta sembrando para todas y todos los honrados trabajadores.

Desde el año 2004 hasta el presente, la UGT en Trambaix y Trambesós solo ha tenido un objetivo, la defensa de los derechos de sus compañeros y su crecimiento social, laboral y económico de forma continuada, hasta que se sientan orgullosos de ser miembros de la familia de trabajadores y trabajadoras del Tranvía de Barcelona. Para esto hemos tenido que realizar en la mayoría de los casos, el viaje en solitario, negociando los dos acuerdos de mejora y firmando este último en solitario aun a costa de las criticas irreales  de quien no estaba de acuerdo, para así poder garantizar las condiciones existentes hoy en día en los dos centros de trabajo, generando la estabilidad suficiente para hacer posible el crecimiento del Tranvía en esta ciudad.

Y la misma situación se ha dado en nuestro convenio colectivo, donde la UGT de Trambaix y Trambesós está presente (como la gran empresa que es y debe ser sindicalmente hablando) defendiendo los derechos de nuestros compañeros en los posibles acuerdos que se puedan alcanzar en este ámbito y que les afecten, aun a costa de tener que oponernos a las doctrinas del sindicato y asumiendo nuestra responsabilidad sin echar la culpa a terceros, porque en el momento que empecemos a ser meros autómatas que sigan los dictámenes de nuestros superiores jerárquicos, dejaremos de representar efectivamente a nuestros compañeros y amigos y dejaremos de ser útiles al movimiento sindical obrero.

El sentido común es la mejor herramienta para trazar nuestro futuro.