Iniciamos el nuevo curso laboral sin poder relajarnos lo mas mínimo. La reforma laboral a puesto de manifiesto en estos primeros meses de vida que no es un instrumento para crear empleo, sino que es una herramienta poderosa en manos de las empresas que se utiliza para destruir el futuro laboral de la mayoría de los trabajadores.
Un inicio tras el verano que comienza caliente y reivindicativo, en el que los gobiernos centrales y autonómicos vuelven a empuñar las tijeras contra todos aquellos trabajadores que pertenecen a empresas públicas del transporte de viajeros. ¿Y nosotros que? pues nosotros estábamos pendientes de la definitiva no aplicación por parte de las empresas del sector de la ley de acompañamientos y sus consabidos recortes a los trabajadores del sector, así como de la firma de la modificación del convenio colectivo que pondría fin a las especulaciones sobre nuestro futuro salarial y social.
Este convenio no solo garantiza la no aplicación de los recortes de este año, sino que garantiza un futuro que se volvía incierto y peligroso, puesto que no podemos olvidar que el actual convenio finalizaba a 31 de diciembre de este año y con la nueva reforma laboral, las empresas y los sindicatos tienen 6 meses de plazo para ponerse de acuerdo a partir del 1 de enero. Seis meses de plazo!! con la que está cayendo.... y si no nos ponemos de acuerdo en ese plazo, entrará el arbitraje laboral partiendo desde el salario mínimo marcado por el Estatuto del Trabajador (ya podéis imaginar hacia donde tiraría el arbitro).
Pero bueno, nosotros seguimos trabajando como hasta ahora, con responsabilidad y compromiso, en todas la mesas donde el trabajador del tranvía debe estar representado, para garantizar el futuro y crecimiento de nuestros compañeros y compañeras, y como decíamos antes, por mucho que no se cumpla con los mandatos de los trabajadores, por mucho que se firmen preacuerdos y luego no se ratifiquen esos mismos acuerdos, por mucho que se antepongan las necesidades sindicales a las necesidades de los trabajadores, estos mismos trabajadores siguen votándoles y ante esto solo hay dos salidas, que los trabajadores abran de una vez los ojos y comparen una forma de trabajar y otra para que una representación fuerte, ordenada y formada les representen, o que se sigan como hasta ahora sumando día a día adeptos a su otra forma de hacer las cosas y acabemos estando donde los trabajadores hayan decidido que tenemos que estar, pero eso solo lo podéis decidir vosotros.